Debo confesar, antes que nada, que soy trequi. Así, en español, bien escrito, castizo y humilde a la vez: desde que salí del armario de la Nouvelle Vague, escupí en el retrato de Godard y maldije a Lars Von Trier y a sus castas todas.
También debo confesar que atesoro mis dos dividís con los dos primeros capítulos de New Voyages, «Come what may» y «In harm’s way», pulcramente editados, caratulados y subtitulados por las almas benditas de Trekminal. Qué gran proyecto puso en marcha el Jack Marshall, adalid del fan fiction, amable gordito friqui y estupendo guionista y director aficionado.
Pero ah, amigos, todo se vuelve vanidad. Desde aquellos dos capítulos, el tal Cawley, al estilo universal, ha dado la vuelta al espíritu del generoso Marshall (y de otros, desde Hidden Frontier a Hispatrek).
Se ha reconvertido; el buque insignia de las películas hechas por fans, otrora New Voyages, ahora «Star Trek: Phase II», se ha metamorfoseado en una industria de Internet.
Mientras muchos de sus productores, actores y técnicos han huido (o han sido huidos, que diría el político) como de la peste, (entre ellos el propio Marshall), hasta ahora sólo han conseguido dos nuevos capítulos a cual peor dirigido (para morirse el remontaje de «To serve all my days», sobre lo filmado por Jack Marshall) y con unos efectos especiales que han perdido toda la frescura, que era lo único que tenían.
Hace dos años suspiraba por ver algo nuevo de New Voyages. Entraba en los foros, divulgaba la serie entre mis amigos, alucinaba con los guiones, y sobre todo, con la gente que se dejaba el pellejo en su afición, haciéndolo bien, todo lo bien que podían con sus medios.
El producto resultante era Star Trek. Era como encontrar un material perdido en los sótanos de Paramount. Casi como encontrar una copia íntegra de Metrópolis. Ahora no es nada. Ni es de aficionados, ni es de profesionales. Ambiciones humanas, qué mierda, lo mandan todo al carajo. Amigos de Trekminal, ojalá me equivoque, pero pronto no os dejarán subtitular nada.
New Voyages había conseguido algo mágico en el mundo trequi. Como cuando Scotty en TNG añoraba su nave en la holosección. Pero claro, qué se podía esperar de un tío que se gana la vida imitando a Elvis.
Ahora va el tal Cawley y viene a Sanlúcar la Mayor, provincia de Sevilla, de invitado de la Weekendtrek, como si de alguien famoso se tratara. Espero y vaticino que problemas en su agenda le impidan estar en ella. Líbrense de ese personaje. Les obligará a ver sus productos por streaming con publicidad.
Con cariño y esperando polémica, reciban un cordial saludo. (¡Ah! el tal Cawley es el productor ejecutivo de Star Trek: Phase II. Es que como es tan famoso…)
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[…] siempre y que los fanfilms, y en especial ST: NV (nunca me había equivocado tanto, como ya conté aquí), recogerían el testigo de los universos de Roddenberry, Piller, Behr, Moore y Coto (hay que hacer […]