Leyendo un artículo del blog de Juan Carlos Planells, del que soy aficionado desde hace muy poco, pero aficionado al fin y al cabo, recuerdo la historia (que ya conocía) de L. Ron Hubbard, infame fundador de la Iglesia de la Cienciología. En ese artículo se narra la deriva del susodicho escritor hacia el nada desdeñable mundo del dólar, por la vía rápida de la creación de una iglesia basada en la Dianética.
( […] recuérdese cómo apoyó el no-aristotelismo y otras extrañas teorías desarrolladas por Van Vogt en sus novelas de los años cuarenta), habiendo publicado en 1951 su mamotreto Dianética: La ciencia moderna de la salud mental […]
Dado que este blog toma su nombre de citas de uno de los libros de Van Vogt, por la única razón de su calidad como escritor de ciencia ficción, (y porque me gusta el escritor, sus novelas, el título; es sugerente y además es rarito), debo aclarar que evidentemente, este blog no tiene nada que ver con la cienciología, ni con nada que se le parezca. No vaya a ser que algún fino lector establezca relaciones donde no las hay.
Una vez aclarado esto, estimo que calificar contenidos de novelas de ciencia ficción como «teorías» es un poco poco crítico; desdeño abiertamente cualquier relación de Van Vogt con alguna corriente filosófica o religiosa; es más, si uno se lee las novelas dedicadas al mundo de los No‑A, puede inferir como máximo que el tal Van Vogt no es más que un cachondo mental de su época. A saber qué podríamos decir de Dick o de Heinlein si tomáramos los contenidos de sus novelas como teorías.
Me parece peligroso identificar los contenidos de la literatura con la realidad. A veces la ciencia ficción, que en ocasiones traslada las inquietudes de la sociedad a las historias escritas, merece que reflexionemos sobre esas historias que nos ofrece, pero hay algunos como Hubbard que aprovechan lo mínimo para generar dinero. En eso sí estoy de acuerdo con el señor Planells. Pero sigo diciendo que Van Vogt lo que era es un cachondo, sin más.
Actualización. Bicheando por Internet, descubro apenado y avergonzado que Van Vogt sí estuvo implicado (al menos de manera indirecta) con el desarrollo de los primeros pasos de la Dianética. Aparece en wikipedia el siguiente párrafo:
«In the 1950s, van Vogt briefly became involved in L. Ron Hubbard’s projects. Van Vogt operated a storefront for Dianetics, the secular precursor to Hubbard’s Church of Scientology, in the Los Angeles area for a time, before winding up at odds with Hubbard and his methods. His writing more or less stopped for some years, a period in which he bitterly claimed to have been harassed and intimidated by Hubbard’s followers.»
Al menos me queda el alivio de que al final Van Vogt apostató y fue intimidado por los cienciólogos. Con lo que me gusta el nombre del blog… no lo pienso cambiar. Pero disculpas al señor Planells. No hay más que hablar para cagarla, como dice mi amigo Daniel.
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