La entrada sobre Galactica me recuerda una cuestión sobre la que hace tiempo quería escribir. Resulta que en algún momento del primer semestre de 2006 yo era cliente de ONO (lo sigo siendo y no sé por qué), y a la sazón el canal temático Calle 13 emitía Star Trek: Enterprise, tercera temporada, que habían cancelado en USA casi doce meses antes, en su cuarto año de emisión.
En esa tesitura, NBC Universal Global Networks, propietaria del canal antes mencionado, anunció el inicio de emisiones, a partir de junio de ese mismo año, del nuevo SciFi Channel España, en exclusiva en Digital+. Toda la programación de ciencia ficción que entonces se veía en Calle 13 (incluida Enterprise) fue movida al nuevo canal, con lo que sus espectadores, que pagábamos dinero por ver los canales que teníamos contratados, entre ellos Calle 13, nos vimos privados de la posibilidad de continuar viendo nuestras series, en un acto de absoluto y completo desprecio por parte de ambas cadenas.
Lejos de hacer ninguna reclamación en ningún sitio, dado su coste (véase la entrada anterior), decidí que entre las opciones posibles (esperar a que ONO incluyera el nuevo canal en su parrilla ‑estamos en 2009 y ni flores‑, hacerme del Plus ‑la tele más cara de España‑, o lamentar profundamente no conocer el desenlace de la trama) lo que iba a hacer es bajarme la cuarta temporada, de la Mula. A mí me habían engañado y estafado.
Conste que tengo más de doscientas películas originales en DVD y casi seiscientos CD de música (casi toda clásica) comprados durante años. No soy amigo de bajar estrenos ni música de moda. Pero si hay una cosa cierta es que los contenidos audiovisuales tienen un objetivo y un destinatario: la difusión de la creación artística y el espectador o el oyente. El precio que se paga por ellos sirve para recompensar al creador y permitirle vivir de su obra, y para mantener las estructuras que permiten esa difusión cultural, pero nunca para que organizaciones cuyo único objetivo es el beneficio (he dicho único) agredan y atropellen a los que las mantienen.
Por eso compré las diez temporadas de Stargate en lugar de verla mal y tarde en AXN. Por eso he visto Galactica vía la Mula y después me la compraré. Pero antes de comprármela veré los diez últimos episodios sin pasar por SciFi España. Probablemente seis meses antes de que ellos la programen, y probablemente subtitulada. Porque a un modelo de negocio que no tiene en cuenta a su target le queda muy poco tiempo de vida. Las series se seguirán haciendo, serán buenas y se pagará por ellas, pero si Dios quiere, algunos buitres que las distribuyen se habrán ido al carajo más pronto que tarde.
Postdata para el título: Espero que el futuro del medio audiovisual sea el que parece, que es su completa independencia de los intermediarios; que la plataforma sea internet y el contenido se sirva bajo demanda, y que la redifusión o redistribución (mal llamada sindicación) de contenidos audiovisuales funcione de la manera en que ya lo hace la Red. Igual me equivoco, pero no importa.
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