Nuestro gobierno ha conseguido dos hitos históricos: el primero, poner de acuerdo —en su contra— a una buena parte del electorado pensante de izquierda y derecha; el segundo, que yo miente la política abiertamente en este blog.
Nuesto gobierno quiere aprobar una ley que constituye el mayor atropello a la libertad y los derechos fundamentales de toda la democracia, sólo superada por el frustrado golpe de estado de febrero de 1981 y la fracasada Ley Corcuera, más conocida por la Ley de la patada en la puerta.
No solo es una ley monstruosa por lo que significa, —que en la práctica cualquier web podrá ser cerrada si la comisión creada al efecto lo considera oportuno— sino por el agravio comparativo que supone primar un supuesto delito (contra la propiedad intelectual) frente a la inmensa mayoría del resto de ellos. Y digo supuesto porque las webs de enlaces, que son las supuestas víctimas de la nueva ley, hasta el día de la fecha han ganado prácticamente todos los juicios a los que se han visto sometidas.
No entro a valorar nuestras leyes de propiedad intelectual, ni el supuesto problema de las descargas, porque ya me he salido bastante de la línea editorial de mi blog. Para eso hay miles de foros más preparados y amenos. Pero a lo que no estoy dispuesto es a que pisoteen y amenacen mis libertades con el pretexto de que su industria se hunde.
Cuando todos saben que la industria realmente se hunde haciendo cosas como esta.
Y si quieren más información pueden leer esto.