Transcribo directamente de Wikipedia:
Fandom es una palabra de origen inglés (Fan Kingdom), que se refiere al conjunto de aficionados a algún pasatiempo, persona o fenómeno en particular. Cabe aclarar que el término fandom se asocia más con los aficionados a la ciencia ficción o a la literatura fantástica. También se suele aplicar este término a las comunidades en Internet que discuten temas relacionados con el tema de su afición. Los detractores de este tipo de aficionados suelen mencionar que el fandom restringe el círculo de amistades de los integrantes, al hacerlos sentir que los únicos que entenderán sus preferencias y con los que vale la pena relacionarse, son personas embebidas en el tema de su pasatiempo»
A los detractores dedico cariñosamente este post.
Yo tengo fundamentalmente dos pasatiempos (aparte de escribir por aquí, claro). Uno es la ciencia ficción, el otro es cantar en un coro. Recuerdo fielmente cuando un aficionado al golf, ente capaz de levantarse a las cinco de la mañana y comer sólo un sandwich para estar dando golpecitos a una pelotita durante doce horas seguidas, ninguneaba mi afición canora: «Pues vaya gilipolleces a las que te dedicas», decía, el de la pelotita, cuando me dirigía a interpretar a Schubert, y a Haydn, entre otros friquis.
¿Qué lees? Me preguntaba otra amiga, mientras me empapaba Soy leyenda, de Richard Matheson. «Ciencia Ficción», dije yo, mientras observaba una vagamente contenida sonrisilla intelectualoide. Ella llevaba bajo el brazo un elemplar de El código Da Vinci.
Ah, y mi querido amigo tuno, el que me acusaba de friqui por ir al cine a ver Star Trek. El que sale a la calle con calzas, medias y capa…
Resulta inconcebible que alguien objetivamente capaz de leer «Ficciones», de Jorge Luis Borges, o «Las ciudades invisibles» de Italo Calvino, no se de cuenta de que lo que lee es ciencia ficción y literatura fantástica. O el que ve 2001, de Kubrick, o Alphaville, de Godard, o Metropolis, de Fritz Lang. O el que ve Redes, el programa de Punset.
Yo invito a todos a dar un garbeo por internet, y divertirse encontrando blogs sobre espiritismo, astrología, el poder curativo de las pirámides, el diseño inteligente o el creacionismo, el alargamiento de pene o los orines de Chumari. Ésos si que son friquis, hombre. Los informáticos gorditos no. Ellos nos han construido la blogosfera, para que podamos meternos con ellos a nuestras anchas.
Y los del manga tampoco. ¿Qué hubiera sido de nuestra generación sin Mazinger‑Z?
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